miércoles, 7 de noviembre de 2018


La Sociedad de Fahrenheit 451


En la novela Fahrenheit 451 del autor norteamericano Ray Bradbury
se muestra una sociedad eprimida y dormida, sin deseo ni aspiración
alguna, producto de un sistema que despliega diferentes herramientas
para controlar las mentes de las personas.

En primer lugar, la educación cumple un gran rol como herramienta
para sedar a la sociedad ya que a través de ella se moldea a los
jóvenes, y ellos son el futuro. En las escuelas, los chicos no podían
opinar, hablar o hacer preguntas, se limitaban a darles las respuestas
una tras otra, lo que genera que no se necesite pensar:


“Una hora de clase televisiva, una hora de baloncesto, de béisbol o
carreras, otra hora pintando, y más deportes. Pero, ¿sabe?, nunca
nos hacemos preguntas o, por lo menos, la mayoría no las hace; se limitan
a darnos las respuestas una tras otra” [...] “Nos embrutecen tanto que,
al terminar el día, sólo somos capaces de acostarnos, o ir a un parque de
diversiones para empujar a la gente,o romper cristales en el rompe cristales
en el Rompedor de Ventanas o triturar automóviles en el aplastacoches”
(página 41 y 42).

Por eso, esta falta de deseo los vuelve violentos y muchos ciudadanos,
como Mildred, terminan en intento de suicidio.

En segundo lugar, otra de estas herramientas para controlar a los
ciudadanos es la memoria,o mejor dicho, la falta de ella. La memoria
es fundamental para cualquier ser humano; nos dice quiénes fuimos,
de dónde venimos, quiénes somos, qué nos gusta, a dónde vamos y
quiénes queremos ser. Nuestras experiencias nos moldean como
personas y sin ellas, carecemos de identidad y humanidad.
Esta sociedad vive en un eterno presente, no enseñan historia en las
escuelas y las personas no se acuerdan de su pasado:


“ — ¿Dónde y cuándo nos conocimos? — dijo en un intento de ser
más claro.
— ¡Oh! Pues fue en…...
Mildred se interrumpió
— No lo sé— reconoció
— ¿No puedes recordarlo? ”
[...]
“Recordó haber pensado que si ella moría, estaba seguro de que no
lloraría porque se trataría de la muerte de una desconocida,
un rostro visto en la calle, una imagen
del periódico” (páginas 55 y 56)


La falta de memoria genera que nadie se conozca entre sí y
que haya una gran indiferencia hacia al otro. Además de
hacer que nadie sepa nada y que las mentes de los
habitantes estén vacías o llenas de datos inútiles.

Finalmente, los medios de comunicación contribuyen
a la ignorancia de la sociedad, ya que estos la “informan”
con datos sin contexto o noticias falsas que tienen como
objetivo distraerlos de los problemas
reales como, por ejemplo, la guerra:


“Si el gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual
o aficionadoa aumentar los impuestos, que lo sea, pero
sobre todo que la gente no se preocupe por ello. Paz, Montag.
Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de
las cancionesmás populares, o los nombres de estado o cuánto
maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórrala de datos no
combustibles, lanzales encimatantos «hechos» que se sientan
abrumados, pero totalmente al dia en cuanto a información.
Entonces tendrán la sensación de que piensan,
de que se mueven sin moverse” (página 74)

En conclusión, nuestra sociedad actual y la de Fahrenheit 451 tienen muchas cosas en común. Hoy en día, los medios utilizan programas de entretenimiento para distraer a la sociedad de lo que pasa realmente. Además, la gente lee cada vez menos y se está perdiendo la costumbre de emocionarse, entristecerse, enamorarse y cuestionarse al leer. Los libros nos abren la mente, impulsan nuestra imaginación y la capacidad de pensamiento. Por esa razón, la prohibición de los libros en Fahrenheit 451 es manipuladora e ingeniosa de parte del gobierno, ya que sin los libros no hay historias que nos hagan cuestionarnos o pensar, ni nada que pueda generar una controversia o discusión en base a un aspecto. El acto de la quema de libros simboliza, de alguna manera, la quema del pensamiento y de la creatividad, dejando a la persona con un cerebro vacío y manipulable.